Supernatural 7x16:

Tengo que confesar que este capítulo me ha sorprendido por dos cositas: la primera el desarrollo, y la segunda el final. Pero vamos por partes;

Nuestros amigos están investigando una serie de objetos malditos que matan a gente en un poblado. Al parecer provienen todos de una tienda, ya que el dueño, empezó a vender objetos que tenía su madre en una caja sellada, porque no quería que le recordaran a ella. Tras recuperar los objetos, nuestros amigos caen en la cuenta de que, no solo estos incidentes están sucediéndose en la misma calle. Al parecer, una vendedora está logrando todas las ventas de los locales disponibles, incluido, el del hombre de los objetos malditos.

Resulta que la supuesta vendedora, es un Leviatán, la cual tiene ambición por los negocios y no se sabe muy bien, le encanta el tema de la inmobiliaria. Así que se dedica a amasar fortunas. Nuestros amigos investigan un poco y deciden tenderle una trampa utilizando al dueño de la tienda de los objetos, desgraciadamente la cosa se tuerce. En medio de la disputa, el ayudante de la leviatán jefa (que está hasta los mismísimos de ella) le comenta a Sam que hay una espada afilada en la pared y que la use para cortarle la cabeza. Así lo hace y acaban con ella. Es entonces cuando el ayudante confiesa que lo único que quería era comérsela, que estaba muy amargado por ella y que ya estaba bien de ese tema.

Nuestros amigos, contentos en parte, deciden aprovechar, que tienen un Leviatán colaborador, para sacarle algo más de información. Es entonces cuando le preguntan por la cantidad de excavaciones inversiones y obras que estaba realizando el jefe de los Leviatanes (que recordemos que se está haciendo pasar por un político importante), a lo que el Leviatán responde: “es obvio, queremos ayudaros. Vamos a curar el cáncer”. WTF!?

Cuando nuestros chicos vuelven a casa de Frank para contarle sus avances, descubren que, al intentar indagar demasiado profundo, a Frank no le ha ido muy bien. En su caravana solo encuentran restos de sangre. Pobrecillo, no me caía del todo mal.