Shawn MacArthur (Channing
Tatum) llega a Nueva York con las manos completamente vacías, sin dinero,
sin casa, sin nada. Sobrevive vendiendo objetos de marca falsificados en la
calle. Su suerte cambia cuando el timador profesional Harvey Boarden (Terrence
Howard) se da cuenta de que es un luchador nato. Harvey, en calidad de
representante, introduce a Shawn en el corrupto circuito del boxeo sin guantes,
donde los ricos apuestan por peones intercambiables. En poco tiempo, se convierte
en un luchador estrella, tumbando a boxeadores profesionales. Pero si Shawn
quiere salir del tenebroso mundo en el que está metido, deberá dar todo lo que
lleva dentro para poder participar en la pelea más dura de toda su vida.
Durante toda la película me ponía nerviosa la interpretación de Tatum, no
porque sea un mal actor, pues la he visto doblada al español, sino porque ese
toque de introvertido y tartamudo me ponía nerviosa… un tío que se ve así de
imponente, ya sea para bien o para mal no puede tartamudear, por lo menos que
actúe como un chulo y no como un panoli.
Las escenas con la chica son completamente estúpidas, si el chaval ya
parece medio lelo, con la chica todavía es más tonto, así que no puede evitar
que te harte hasta la saciedad toda interacción de los personajes.
Creo
que la película ganaría enteros si fuera muda.
Algo bueno que tiene, por decir
alguna cosa positiva, son las luchas, que la verdad es que están muy bien, todo
el rollo negro alternativo raro en el que se meten en peleas que acaban siendo
corruptas, está bien, pero muy mal planteado.
La verdad es que la película no se
merece más de un 4,
en realidad se merece mucho menos, pero me da bastante pena el protagonista que
no tiene la culpa de no saber hacer de introvertido.
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