domingo, 29 de junio de 2014

Fighting: Puños de asfalto






Shawn MacArthur (Channing Tatum) llega a Nueva York con las manos completamente vacías, sin dinero, sin casa, sin nada. Sobrevive vendiendo objetos de marca falsificados en la calle. Su suerte cambia cuando el timador profesional Harvey Boarden (Terrence Howard) se da cuenta de que es un luchador nato. Harvey, en calidad de representante, introduce a Shawn en el corrupto circuito del boxeo sin guantes, donde los ricos apuestan por peones intercambiables. En poco tiempo, se convierte en un luchador estrella, tumbando a boxeadores profesionales. Pero si Shawn quiere salir del tenebroso mundo en el que está metido, deberá dar todo lo que lleva dentro para poder participar en la pelea más dura de toda su vida.

Durante toda la película me ponía nerviosa la interpretación de Tatum, no porque sea un mal actor, pues la he visto doblada al español, sino porque ese toque de introvertido y tartamudo me ponía nerviosa… un tío que se ve así de imponente, ya sea para bien o para mal no puede tartamudear, por lo menos que actúe como un chulo y no como un panoli.

Las escenas con la chica son completamente estúpidas, si el chaval ya parece medio lelo, con la chica todavía es más tonto, así que no puede evitar que te harte hasta la saciedad toda interacción de los personajes.

Creo que la película ganaría enteros si fuera muda.

Algo bueno que tiene, por decir alguna cosa positiva, son las luchas, que la verdad es que están muy bien, todo el rollo negro alternativo raro en el que se meten en peleas que acaban siendo corruptas, está bien, pero muy mal planteado.

La verdad es que la película no se merece más de un 4, en realidad se merece mucho menos, pero me da bastante pena el protagonista que no tiene la culpa de no saber hacer de introvertido.

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