La segunda película de hoy también sorprende, pero en el sentido más horrendo que uno pueda esperarse. Shooter, el tirador, que bien podría subtitularse muy acertadamente, EL PATRIOTA. Vamos con la sinópsis:
El sargento artillero Bobby Lee Swagger, (Mark Wahlberg), es un francotirador de élite de unidad del Cuerpo de Marines que sobrevive a una misión clandestina en África, en la cual pierde la vida su mejor amigo. A consecuencia de esto Swagger se retira y se va a vivir a un lugar recóndito entre las montañas con su perro Sam. Una mañana, tres años más tarde, es visitado por el coronel Isaac Johnson quien le convencerá para que acepte colaborar con un equipo especial de seguridad que intentará prevenir el asesinato del presidente de los Estados Unidos.
OJO, si lo que habéis ledio os gusta, es muy probable que el film no os guste para nada. Tras esta cortina de humo se oculta el verdadero argumento del film, algo totalmente esperado y cliché: una traición. Y esque Swagger en realidad es contratado para planear el asesinato del presidente, pero sin su consentimiento. Algo que bien llevado podría haber sido bastante original, pero de la forma en la que se nos presenta es, siendo franco, horrendo.
Shooter se convierte después de los 60 primeros minutos en un remozado de El fugitivo + Jungla de cristal. La película deja de girar en torno al protagonista y a su buen tino con los rifles de francotirador para centrarse en la venganza. "Le han engañado, han puesto en juego la vida del presidente y ahora él está muy cabreado", esto bien podría aparecer en el cartel de la pelicula y no sería yo el que me quejara, no señor.
Dejando el pésimo argumento de lado (que por cierto, se torna infumable durante los últimos 20 minutos), pasemos a los personajes: el protagonista es la justicia encarnada. El perfecto americano, digno de todos los honores y muy bueno con las armas de fuego. PARA QUE QUEREMOS MÁS. El antagonista es el típico personaje de color que bien podría haber interpretado Morgan Freeman, si no fuera por que es precisamente el antagonista. Todo sonrisas y buenas palabras. Y cuando menos te lo esperas, ZAS, todo ese carisma se torna en maldad. Los demás personajes son más planos que una tabla de planchar. Está la típica chica que necesita que la rescaten, el típico agente de polícia que es patosín y aporta un poco de humor, el típico gordo empresario que quiere manipular el cotarro, hasta el perro es típico.
En definitiva, una castaña, es una americanada como la copa de un pino. No tiene nada, no hace falta que la veáis y no debería ni de haberse producido. Lo siento mucho por Mark pero es que hace cada castaña el pobre que es normal que la peña le tenga manñia. ¿Mi nota? Un 2.0. Suspensísimo. Y bien orgulloso que me siento de ello.
Dejando el pésimo argumento de lado (que por cierto, se torna infumable durante los últimos 20 minutos), pasemos a los personajes: el protagonista es la justicia encarnada. El perfecto americano, digno de todos los honores y muy bueno con las armas de fuego. PARA QUE QUEREMOS MÁS. El antagonista es el típico personaje de color que bien podría haber interpretado Morgan Freeman, si no fuera por que es precisamente el antagonista. Todo sonrisas y buenas palabras. Y cuando menos te lo esperas, ZAS, todo ese carisma se torna en maldad. Los demás personajes son más planos que una tabla de planchar. Está la típica chica que necesita que la rescaten, el típico agente de polícia que es patosín y aporta un poco de humor, el típico gordo empresario que quiere manipular el cotarro, hasta el perro es típico.
En definitiva, una castaña, es una americanada como la copa de un pino. No tiene nada, no hace falta que la veáis y no debería ni de haberse producido. Lo siento mucho por Mark pero es que hace cada castaña el pobre que es normal que la peña le tenga manñia. ¿Mi nota? Un 2.0. Suspensísimo. Y bien orgulloso que me siento de ello.
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