domingo, 16 de septiembre de 2012

"Lost in translation" o como hacer mal cine


No solemos traer películas así por estos lares, pero hoy toca especial mención para Lost in translation... especial por muchos motivos, y pocos buenos. Veamos de que va esta obra del diablo que Sofia Coppola nos envía para matarnos de aburrimiento en el sofá;

Un actor famoso y una chica que no hace nada con su vida se encuentran en Tokyo, muy lejos de sus hogares, para descubrir que desean abandonar las vidas que llevan y empezar algo nuevo en Japón.

¿Sorprendidos? Dos líneas, ese es el argumento de la película, DOS jodidas LÍNEAS. Y es que chicos, en la película, no pasa absolutamente NADA. Los personajes se conocen, hacen X cosas juntos y se van a dormir. Escena, tras escena. No les ocurre nada mediánamente interesante. Claro, podríamos pararnos a pensar en la filosofía de todo esto, en como los protagonistas empiezan a estar hartos de sus vidas debido a lo totalmente predecible de sus parejas, pero esto yo lo hice durante los 20 primeros minutos, el resto miré al infinito. 

Y es que, la directora, nos quiere hacer creer que nuestros amiguitos se encuentran muy mal, muy solos. Pero no es para nada así. Tienen todo lo que querrían, pero aún quieren más. Esta película podría titularse perfectamente FIRST WORLD PROBLEMS, porque refleja precisamente uno de los grandes problemas de nuestra sociedad: NO ESTAMOS CONTENTOS CON NADA. Y eso, sin si quiera desearlo, que en principio, el mensaje que quiere dar este bodrio es positivo. 

Positivo porque parece que, hacia el final, Bill Murray decide perseguir a la chica (tras miles de oportunidades sin hacer el huevo). Y cuando se consiguen reencontrar, con beso y todo de despedida, le susurra algo al oído. Algo que, yo al menos, no entendí. Ella sonríe, y se despiden. ¿Se van a reencontrar? ¿volverán a vivir juntos? QUE MÁS DA. Si al menos la película acabara mal, es decir, con ellos tristes, le vería un sentido al final. Pero que me cuelen esto, en plan, "que no, que vamos a ser muy felices ya verás", pues que queréis que os diga, pero me parece una chapuza de última hora. Y más después de miles de escenas en las que lo único que hacen los protagonistas es reir, mirarse y hablar de tonterías de las cuales uno no puede deducir nada de sus sentimientos o sensaciones con respecto a la vida hasta los últimos 15 minutos de película.

En resumen: Un film vacío, que pretende ser algo más, pero que en realidad es completamente predecible (quitando el absurdo final) y endeble. Cuando crees que empiezas a coger el hilo, resulta que han pasado como una hora y 10 minutos de película en los que no se han molestado en meterte en ponerte al día. Eso sin contar, los múltiples topicazos que les encasquetan a los pobres Japoneses y que dan completa vergüenza ajena (ay la escena con la traductora). Mi nota: 4. Valiente basura. Lo único que se salva es la fotografía, aunque vaya, los "paisajes" urbanos de Tokyo ya están muy explotados.

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