domingo, 27 de noviembre de 2011

La saga Crepúsculo: Eclipse

Al menos las imágenes promocionales son buenas

Los vampiros y hombres lobo vuelven a la carga en esta tercera entrega de la saga Crepúsculo, Eclipse.

En Seattle se están produciendo una serie de crímenes y desapariciones inexplicables, aunque todo apunta que es obra de un vampiro y de nuevo Bella se encuentra en grave peligro. Los Cullen y los hombres lobo dejarán de lado sus diferencias para proteger a Bella. Mientras tanto, ella tendrá que pensar bien sus prioridades y escoger entre el amor de Edward o la amistad de Jacob.


Lo bueno de estas películas es que por muy malas que sean, seguirán teniendo espectadores gracias a la fama que se ha ganado Stephenie Meyer con las novelas. Crepúsculo era mala, pero Eclipse es aún peor, si es que eso es posible.

Siendo Eclipse el lado oscuro y dramático de la saga, entiendo que sea difícil de rodar porque aborda muchos sentimientos y se profundiza en cada uno de los personajes. Conocemos las historias de todos los miembros de los Cullen y también del clan de los licántropos y llegamos a una nueva etapa de la relación Bella-Edward-Jacob.

Eclipse va más allá de la decisión de elegir entre vampiros u hombres lobo y se basa en la creación de mitos y leyendas, odio y prejuicio entre razas y la incorporación de neófitos sedientos de sangre. Aunque precisamente Meyer se pasa los mitos por el forro.

Muy buen libro sin lugar a dudas, angustioso por una parte y tierno por el otro, pero desgraciadamente la película no le hace justicia.


Como siempre, se vuelven a aprovechar del físico de Taylor para atraer audiencia. La relación de Bella y Edward es totalmente estable pero nunca se acaba de conocer a una persona y Edward cae en la trampa de la sobreprotección. Muy criticado en su día y acusado de machismo pero Bella no se deja arrastrar tan fácilmente. Por fin vemos que gana un poco de personalidad y es capaz de tomar sus propias decisiones, hasta se vuelve pesada con su petición de querer convertirse en vampiro.

Por otra parte Jacob sigue en su línea de buenazo pero con ganas de quitarle la novia a su eterno enemigo y hace lo posible para confundir a Bella y la muy zorra se deja confundir.

Son relaciones autodestructivas, que se basan enteramente en la dependencia. Abandonar a los amigos por un amor es algo que en nuestros días vemos mucho. A pesar de eso, el público adolescente lo verá como la pareja perfecta donde lo único que importa es el amor que sienten el uno por el otro.

Los Cullen tienen un pasado oscuro, no se convirtieron en vampiros por elección propia. La película le quita totalmente el protagonismo a lo que va más allá de lo superficial y comercial y se centra en querer enseñar lo que el público quiere ver: muchos besos, tíos fibrados y acción.

Es uno de los principales motivos por el que le doy el suspenso a la película. No se trata de coger las escenas menos interesantes y pegarlas entre sí, la gente no entiende el dilema por el que pasa Bella ni por qué Jacob o Edward son como son. También es uno de los problemas que se lleva arrastrando desde la segunda película. Hay una historia detrás de todo que no se da a conocer. El triángulo amoroso acapara muchas páginas de Eclipse pero aún así, no es lo enteramente importante. Pero eso no les interesa, es mejor convertir la película en la más taquillera a base de niñas con las hormonas revolucionadas que hacer una buena película en sí.

Bella se merecía estar sola, no se juega con los sentimientos de los demás. ¿Y dejar todo de lado y convertirse en vampiro? ¿Es que acaso no tiene responsabilidades? Egoísmo puro y duro. Mi odio hacia este personaje incrementó hasta límites insospechados.

La calidad de la actuación también deja mucho que desear, es evidente que el físico no lo hace todo. Hasta las escenas de acción son pobres, aunque todos sabemos que no es el punto fuerte de Meyer. Lo único que la salva es que los lobos son un encanto y por supuesto, Taylor.

Descontenta completamente con esta película, le voy a poner un 1. Fueron 2 horas de tortura y me preguntaba una y otra vez por qué hicieron tal pifia.

También tengo que decir que lo más horrible no fue la película, sino sus fans. Oir gritos y aplausos cada vez que salen Edward o Jacob, un poco de silencio por favor.



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