Después de la muerte de Beth, lo único que
quieren es estar en paz, que no haya más peligros, que no hayan más
aventuras en las que implique morir, así que depositan todo ese deseo en
encontrar un lugar seguro y ese viene de la mano de Noah.
Donde él vivía
antes era una urbanización donde estaban seguros, era en virginia pero si
conseguían llegar podría llegar a estar en ese sitio llamado hogar, el problema
es que cuando llegan no queda nada.
Como siempre.
Se separan para coger provisiones y
Michonne está cansada de tanta muerte, así que plantea ir a Washington
igualmente, porque aunque lo de la cura era mentira, si te paras a pensar donde
puede haber una solución eso es en la capital, por lo que no es mala idea y
precisamente ahora lo único que hacen es dar tumbos sin son ni son.
Por otro lado Tyresse lleva a Noah a la
casa donde vivía y acaba siendo mordido por un niño zombie, a partir de ahí empieza a ver visiones con todos los
personajes muertos que han tenido contacto con él. Es bueno volver a ver al
gobernador y que justo sea él, la visión que era un zombie de verdad.
Consiguen llegar a Tyresse, pero el está
luchando por la vida, teniendo sus alucinaciones e intentando quedarse en
el mundo de los vivos, pero en realidad siempre ha sabido que él moriría,
porque es del tipo de persona que salva un bebé, que no mata a un caníbal, que
le cae bien a todo el mundo, que intenta ver lo bueno de lo malo y que persona
a quien mató a su ser amado.
Por todo esto,
en ese mundo distópico, no podía sobrevivir, y al final es lo que es, y a quien enterraban al principio, no era a
Beth, sino al propio Tyresse que se despide de nosotros.
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