Esta vez os traemos un capítulo muy especial: EL MUSICAL. Y es que toda gran serie tiene que tener un capítulo musical; lo hicieron Los Simpsons y tenía que hacerlo Space Dandy. En este capítulo, Dandy se hace pasar por un estudiante de universidad para hacerse con un alien raro (como no).
El tiro le sale por la culata cuando se da cuenta de que no localiza al extraño alien, así que acaba olvidándose de su objetivo principal y se mete de lleno en el papel de estudiante de intercambio. Dandy luchará por la igualdad de los estudiantes, sobretodo por su compañera, una chica con gafas de culo de vaso que no parece triunfar demasiado.
Lo que Dandy no parece saber es que esta academia es una academia muy particular: se trata de una universidad musical donde los más populares, es decir, quaterbacks, animadoras y la reina del baile, son los que mejores cantan. En la base de la pirámide se encuentran los amigos que ha hecho Dandy él mismo. Dandy se esfuerza para cambiar e invertirla de forma radical. De manera que el día del baile, que no es otra cosa que un musical a gran escala, se aparece para interrumpir el canto de la reina del mismo con sus amigos.
Desde mi punto de vista, este ha sido uno de los más entrañables y cómicos capítulos de toda la serie. De esos por los que, cuando haya acabado, volveremos a verla y nos sacará una sonrisa de oreja a oreja. Un descanso de agujeros de gusano, temas oníricos y profundos, algo más superficial pero que no deja de tener su mensaje. Desde luego, un musical de esos que te tocan por dentro.
Finalmente Dandy consigue que sus amigos sean reconocidos como buenos cantantes, inspirando su canto con un tema personalizado para cada uno, pero eso no es todo, el capítulo concluye con Dandy y el resto de estudiantes destruyendo la jerarquía totalmente, al reconocer que "todo es todo" y no hay nada más importante que nada. Un final muy épico para un capítulo tremendo. Por cierto, por si lo dudábais, el alien raro que Dandy buscaba es su compañera de canto durante tooodo el capítulo. Típico pero, a fin de cuentas, ¿no se trata este de un capítulo de clichés?
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