En este capítulo nos explican la vida del gobernador una vez que ha
sido desterrado de su imperio.
Al principio se ve como no le
importa nada, no tiene que fingir que le importa la gente o el pueblo, no tiene
que hablar, no tiene que hacer buenos actos, ya ha quedado demostrado que es un
demonio matando a tanta gente que estaba a su favor.
Así que a la mínima los que le
quedaban también lo dejan tirado.
El pasa meses y meses solo, sin
preocuparse de vivir, pero en realidad si, porque no se deja matar por los zombies, hasta que
encuentra una familia que lo acoge y se porta muy bien con él.
Brian, porque se ha cambiado el
nombre para que no sepan su nombre verdadero, se acaba instalando indefinidamente y acaba consiguiendo el cariño de
la niña pequeña, así que tiene ya una batalla ganado con la familia
desconocida.
El paralelismo que hay de la vida
del gobernador y el ajedrez es genial, puede perder a muchos soldados y aun
ganar el juego.
Aunque no me ha parecido nada
bien que se líen, pero me ha gustado porque ha acogido a la niña como si fuera
su hija, necesitaba un remplazo y es la
niña y encima se encuentra con su antigua trupe.
En realidad este capitulo ha sido
bastante aburrido… se me ha hecho eterno.
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