Un nuevo enemigo se acerca, pero
solo lo saben porque lo ha soñado Crane, cosa que para este siglo no es muy
lógico.
Mola bastante como Crane cree en todo esto pero en cambio
se queda alucinado con la ducha, la luz o la televisión, aunque siendo él
también tendría que pensar que es brujería.
Crane medio cuenta la historia de
amor con Katrina, pero está demasiado enfadado con el precio de la comida y
como es posible que encima haya un incremento tan grande por que sí, no
entiende como la gente se conforma y no
sale a la calle a protestar o hacer algo con esas injusticias. Me encanta
la ironía de la situación.
La bruja que murió quemada dejó
una maldición condenando a los de la misma línea de sangre, en luna roja, así
que los protagonistas lo descubren y van corriendo a la casa del niño rubio
para protegerlo y así que la mujer no resucite de nuevo porque eso pondría las
cosas mucho más fáciles para el apocalipsis.
La bruja consigue su cuerpo y Crane le dispara pero como la brujo lo para
tira el arma, es normal antes solo tenían un disparo, me encantan estas
cosas, que son tan evidentes para nosotros pero tan poco para él.
Aparece la hermana de Abbie.
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