Hace batante tiempo desde que esta película rondaba por nuestras carteleras. Keanu acababa de salir de su super exitazo Matrix y seguía buscando papeles algo trillados, como protagonista autista y mesiático. En Constantine repite prácticamente el mismo papel que en Matrix, con la sútil diferencia de que aquí los agentes son Demonios y Matrix no es otro sitio que la tierra que se debate entre el infierno y el cielo. Un poco de sinopsis:
Constantine es un detective algo peculiar; en lugar de perseguir "malvados" persigue demonios y ángeles. Su principal prioridad es devolverle el libre albedrío a la tierrra. Algo que se volverá un problema cuando los ángeles empiecen a conspirar contra los humanos.
Para todos los que no lo sepáis, Constantine está basada en una serie de comics de DC, bastante famosilla y bastante chula, llamada Hellblazzer. Desgraciadamente, la película poco tiene de esta obra de magno calibre. Constantine pierde su humor británico y se convierte en el típico héroe autista y austero que no habla con nadie y poco muestra de sus sentimientos. Lo cierto es que Keanu lo hace bastante bien en esta clase de papeles, desgraciadamente no aporta ningún bien a la película en general. El diseño de personajes es un fracaso bastante absoluto, desde el prota hasta Lucifer. Pocos encajan físicamente y los que lo hacen no dan la talla con la personalidad.
La historia flojea también por todas partes. Poco se entiende de lo que se dice o hace en cada momento. Se deja mucho lugar a la imaginación o a los espectadores que han podido tener contacto con la obra. El problema radica aquí precisamente: si vas a hacer una adaptación de un cómic y vas a pasarte por las pelotas como son los personajes, luego no metas elementos que la gente debería haber leído o visto en otro sitio. Muy mal.
Además, es que la película es aburrida con ganas. Lo que no son tiros, son diálogos absurdos o escenas en el infierno bastante absurdas aunque tengo que confesar que originales. De todas formas, el gran final, lo que debería ser la culminación de la obra, no dejan de ser unos 30 minutos de BLABLABLABLA. Y derepente, como quien no quiere la cosa se acaba. Así es. Tras una charla larga y tediosa la película se acaba sin sentido. Pero vaya que lo peor no es eso, es el tufo a moralina que despide el final en donde, SPOILER después de ser perdonado por el cielo, John decide dejar de fumar. ¿Seguro que estamos hablando del mismo Constantine? me parece a mí que no. FIN DE SPOILER.
Total, que está entretenida pero tampoco vale la pena tomársela en serio y menos pensar en una secuela (cosa que se lleva hablando desde hará unos diez años). En fin, mi nota: 6. Y es que es una película floja sin muchas pretensiones. Que se le va a hacer.
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