No es típico de nosotros traeros películas de Oscar, pero chicos, siempre hay una primera vez para todos así que dad la bienvenida al blog a El lado bueno de las cosas, la supuesta mejor comedia romántica del pasado año. Está película le brindó un oscar a Jennifer Lawrence (conocida ya por Los juegos del hambre) ganándose así su renombre. ¿Se lo merece? ahora lo comentaremos, pero primero la sinópsis usual:
Pat acaba de salir de una institución mental tras 8 meses de internación, pero sigue necesitando terapia, ya que sufrió un incidente relacionado con su esposa que le dejó marcado y despertó su bipolaridad. Ahora tiene una orden de alejamiento hacia ella y quiere hacer todo lo posible para demostrarle que es una persona reformada y recta, aunque en realidad le falta mucho para llegar a ello. Es entonces cuando Tiffany aparece en su vida y, indirectamente, empiea a focalizar la atención de Pat en cosas que hasta hace poco le pasaban totalmente desapercibidas, llegando a entablar una extraña relación de amistad.
Tengo que reconocer que no esperaba demasiado de la película. No soy de tener fe en los Oscars, para mi suelen representar un premio que se da, a veces de forma acertada, a veces de forma NO acertada (EJEM Leaving las Vegas). De todas formas, también tengo que reconocer que durante los primeros diez minutos de metraje abandoné todos mis prejuicios gracias a la propia película.
Sinceramente, no esperaba tal profundidad en los personajes, en las situaciones "cotidianas" que se le puede presentar a una familia con un hijo "problemático". Robert de Niro lo hace genial en su papel de padre que intenta acercarse a su hijo y no sabe como. Anda siempre poniéndole excusas: que si le trae suerte, que si quiere ver el partido con él... uno al final no sabe si en realidad quiere a su hijo o es un supersticioso patológico (lo cual explicaría un poco el carácter de Pat). No hay que engañar a nadie, la película es más dramática que otra cosa, pero es un drama muy superfluo, muy ligero, que no cansa aunque se mantiene en la finísima ralla que separa lo dramáticamente aceptable de lo deprimente. Uno nunca sabe si el director pretendía hacer sonreír en aquella escena o tocarte por dentro. En un principio puede chocar un poco, pero en el momento en el que se empieza a saborerar el tuétano de la película, uno ya no puede dejar de verla.
El papel de Jennifer es bastante bueno y entiendo que le hayan dado el Oscar. De todas formas, y siempre desde mi opinión, no es lo que mas resalta de la película. Quiero decir, su personaje es genial, pero es genial por que todos los demás acompañan mucho, desde el terapeuta hasta la madre de Pat. De hecho, si la película es lo que es, es por los personajes que hay en ella, ya que la historia en sí no pretende ir más allá. Las características de cada uno de ellos son únicas, están tan vivos, con sus problemas y sus personalidades, que da la sensación de que siempre tienen algo que decir. No hay ningún personaje plano en el film, y eso se agradece muchísimo.
Lo que es el guión está bastante bien hilado. Aunque no deja de ser una historia poco compleja y, como ya he comentado antes, todo el tinglado se sostiene por los personajes, así que en algunas situaciones da la sensación de que todo es demasiado "ideal". Pero no deja de ser una película, así que bueno, esto ya es a gustos de cada uno. Personalmente le habría quitado un poco de acaramelamiento hacia el final y le habría metido más sentido común. A fin de cuentas, una enfermedad mental crónica no se puede curar.
Mi nota es un 8,5. Una peli redonda en su género, pero aviso que no gustará a todo el mundo de buenas a primeras, ya que las situaciones a las que se someten los personajes principales, en ocasiones pueden ser algo deprimentes y crudas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario