Nova es una aprendiz de hada que ahora solo se encarga de ir a por el polvo de hada, pero se le escapa un poquito y va a parar a un huevo, de ese huevo sale un enano.
Exacto, este capítulo va sobre Gruñon, o más bien porque pasó a llamarse así, porque cuando nació se llamaba soñador.
Le explican que su único trabajo en la tierra es ser minero, conseguir diamantes y después convertirlos en polvo de hada, eso hace que conozca a Nova y se enamore de ella, pero no sepa como actuar.
Me ha hecho mucha gracia cuando ella le pide una cita y él le dice “que te lo pases bien” en plan, no tiene ni idea de como va la cosa. También me ha hecho ilusión que aparezca Bella, creo que es de los capítulos que más me han gustado, aunque supongo que también fue porque me encanta que la bestia no fuera la que conocemos en el cuento.
El caso es que al final cuando se va a fugar con Nova, vienen los mentores de cada uno y le dicen que el sueño de ella es ser hada madrina y que si se va con él lo único que hará es huir del problema, vaya la deja escapar y el acaba convirtiéndose en Gruñon.
En la vida real es algo diferentes, Leroy (Gruñón) es un borracho que nadie respeta pero en la preparación de la fiesta de los mineros, Astrid (Nova) le pide ayuda y le dice que es su héroe porque le ha ayudado, así que durante todo el capítulo vemos mil historias con ellos dos, que aunque son interesantes no dejan de ser anecdóticos.
También tenemos que Mary Margaret tiene que superar que todo el mundo le llame fulana, aunque con la ayuda de Leroy lo conseguirá, eso también está guay porque sabemos que en el cuento tienen una conexión especial.
Por otro lado Katilyn está desaparecida y aunque al principio Emma no cree que David sea el sospechoso gracias a los papeles corruptos que le pasa el periodista empieza a pensar que es posible que le haya mentido.
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